nutricionista-madridSeguro que muchos de vosotros habéis notado como un día la ropa te queda perfecta y al día siguiente te aprieta…he ahí una posible retención de líquidos.

Es uno de los problemas que a muchos de nosotros, sobre todo a las mujeres, nos afecta, además con la llegada de las altas temperaturas disminuye la capacidad de retorno venoso y notamos como se hinchan las piernas produciendo dolor y pesadez.  En algunos casos enmascara un trasfondo mayor, pero en otros simplemente se debe a los efectos producidos por unos hábitos de vida no demasiado saludables que debemos cambiar para conseguir acabar con este proceso. Es además una de las causas de la temida celulitis en las piernas.

El agua es el elemento más importante del organismo como ya sabemos, alcanzando el 72% del peso corporal de un adulto y se encuentra repartida en tres grandes compartimentos. El problema se produce cuando existe un desequilibro entre las fuerzas que regulan el paso de los líquidos de un compartimento a otro y en consecuencia  observamos la inflamación de la zona por la acumulación de esa agua en los tejidos de nuestro cuerpo.

En definitiva, la retención de líquidos es cuando nuestro organismo no elimina la suficiente agua de forma natural y por tanto se acumula.

Es uno de los factores ocultos del aumento de peso y sus causas pueden ser diversas. Pueden ocurrir tanto por factores orgánicos como son trastornos circulatorios, alergias, enfermedades propias de órganos como el riñón, el hígado o el corazón como por factores cotidianos que podemos cambiar. Dentro de éstos observamos un estilo de vida sedentario, pasar muchas horas sentados, el estrés, la ingesta de medicamentos como anticonceptivos, antiinflamatorios, corticoides… así como cambios hormonales debido a un embarazo, menopausia o situación de pre-menstruación. También nos influye en la retención de líquidos los factores climáticos, trasnochar y por supuesto, una mala alimentación con exceso de sal y de alcohol, y falta de proteínas y nutrientes.

Consejos para combatirla:

– Aumenta la actividad física, practicar ejercicios cardiovasculares  y aeróbicos como ciclismo, natación o una buena caminata.

– Intenta nadar o en su defecto metete en la bañera y mueve las piernas en el agua para así favorecer su expulsión a través de la orina.

– Mantén los pies elevados cuando estés trabajando y cuando llegues a casa sube completamente las piernas al menos durante media hora o varias veces al día.

– Evita el uso de prendas ajustadas, ésto te ayudará a mejorar la circulación.

– Descansa 7 u 8 horas.

– Abandona el tabaco.

– Y por supuesto, sigue una dieta equilibrada!!

– Hidrátate correctamente, intentando beber 8 vasos de agua al día. En verano se aumenta esta cantidad ya que perdemos más líquidos. Te puedes ayudar de zumos caseros e infusiones pero evita bebidas alcohólicas y con gas. Alimentos como la piña, la sandía, el pepino, los espárragos o el melón pueden ser tus aliados.

– Reduce el consumo de sal y sustitúyelo por  hierbas aromáticas, condimentos, vinagre, limón, ajo o cebolla.

– Tienes que tener cuidado con alimentos como las anchoas, embutidos, aceitunas, caldos preparados…ya que contienen demasiada sal.

– Consume verduras y frutas ricas en potasio. Las verduras como el perejil, ajo, calabaza, espárragos, calabacín, puerros, pepino, tomates, cebolla, setas, berenjena, alcachofas…irán muy bien para tu dieta. Frutas como el plátano son ricas en potasio pero no abuses de ellas, además la manzana, la pera, la cereza o la piña son muy recomendadas.

– Evita las grasas saturadas, éstas hacen que la sangre sea menos líquida.

– Aumenta tu ingesta de fibra. La puedes encontrar en las frutas, vegetales frescos y cereales de grano entero.

– Incluye en tu dieta las legumbres, muy ricas en potasio y pobres en sodio, además de hidratos de carbono complejos como la pasta y el arroz.

– Consume alimentos con magnesio, lo puedes encontrar en alimentos como las nueces, las semillas y las verduras de hojas verdes.

– Ingiere una cantidad suficiente de proteínas, ya que si éstas faltan en tu dieta, puede reducirse la producción de albúmina y así, acumular líquido entre los tejidos.

– Limita el consumo de azúcar, postres y dulces, ya que pueden hacer que disminuya la capacidad de eliminar el sodio de tu cuerpo.

Unido a una adecuada alimentación puedes incluir infusiones de cola de caballo, diente de león, hinojo, jengibre, enebro, té verde, colas de cereza, hoja de olivo o castaño de indias ya que son diuréticos naturales.

Incluye estos pequeños hábitos en tu vida y notarás como tu retención de líquidos mejora.

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